Sentir

Quizá la edad podría ser ese atributo que me da la vigilia para no romper este corazón u otro, las tormentas podrían avisar la tortuosidad de cada mañana al cruzar la puerta, ¿Qué pasa con los adultos? ¿Todos dormimos? ¿Todos extrañamos a alguien?, porque debemos sentirnos incompletos y fingir que no tenemos una llaga que palpita en la mente y el corazón. Calcetines bajo el sofá y sobras en la nevera anuncian claramente las marcas bajo las cuencas de los ojos; esas ojeras que tienen nombre, apellido y significado. El único antagónico resulta ser ese inconsciente que te empuja y te eleva a la más inequívoca y fétida elección. Deseo no elegir desde las carencias, ¿tengo elección? Si ya estoy aquí, amando y odiando mi nueva vida, sin ti y sin mí, con una parodia y representación chusca de quien intento ser, que no es quien anhelaba y tampoco quien soy. ¿Y si fingimos que somos felices? ¿Creerías mi actuación?, contestarías mi carta y podríamos terminar, tal vez no juntos pero menos rotos...