Intermitencia

  Meripoza, 28

Quise aquilatar tus palabras, conservarlas dentro de mí en un hueco que diseñé para ti, un huequito qué lástima y está acompañado con mis afanes diarios y las prisas que me impedían procurarte día con día, los silencios prolongados fueron eso que nos caracterizó. Compañeros que se hacen amigos amigos que se hacen conocidos y conocidos que terminan siendo parte de ti. Compartir sonrisas y comida resulta ser más caótico de lo habitual cuando decides usar miradas que dicen lo que solo otro entiende, el suspiro que duele profundamente al saberme autosuficiente; hoy es. Ni tu lejano ni yo distante, solo sé que fue efervescencia pausada por caminos distantes a la par. No te odio tampoco te amo, solo es que hoy tu ausencia se siente mejor, no te olvido porque al mirarte se quien eres; la insignificante actitud de la gente soez me hace alquilar tu vida, no con pertenecía ni con ostentosa altivez, eres en otros, eres... Tus intermitentes sentires alumbraron un anochecer tranquilo y fresco, seguí descubriendo una sonrisa y unas manos resultaron ser las cosquillas que hacían falta a mi vida, no eres tú, es él y todo lo que trajo a mi vida, no eres tú, es él...