Todos los días Ella iba a tomar un café con su mejor amigo veinte minutos antes de llegar a su trabajo. El muchacho siempre le traía una taza de café caliente y Ella dejaba siempre la mitad porque tenía que irse. Ella y í‰l dejaron de verse durante muchos años. Treinta y cinco años después la muchacha, que ya era una anciana, fué a visitar a su mejor amigo; no habían tenido comunicación en todos esos años. Al tocar la puerta, la recibió un anciano con una taza de café caliente y comenzaron a relatar, cómo habían sido sus vidas antes de ese reencuentro. Cuando la anciana se había acabado el café, al fondo de la taza leyó una frase que decía: ¿te quieres casar conmigo?
La anciana le pregunta a su mejor amigo... ¿Qué es esto?
í‰l le responde: esa taza la hice treinta y cinco años atrás y siempre esperé a que terminaras el café, para poder decirte... lo mucho que te Amo.