Amistad Ciudad de Mexico  30 dic 2015

A la mujer madura.

Acaso cree, señora, que ya no es la de antes,
que ya nadie suspira al verla caminar,
pero entre tantas niñas campantes y sonantes
es a usted quien espero cada tarde pasar.

No sabe que la observo, no tuve la entereza
de atreverme a decirle qué siento por usted,
ni imagina que ansío su asentada tibieza
y su añejado vino para calmar mi sed.

Qué importa si el espejo le devuelve la pena,
es más dulce la fruta en plena madurez;
no hay nada más glorioso que la maleable arena
ante la verde grama de dura gelidez.



0
📄 0
📊 174



Cargando